Resumen
El registro geológico de los Andes del Norte incluye una serie de bloques alóctonos de origen oceánico que fueron acrecionados a la margen continental durante el Cretácico Tardío y el Cenozoico. Un segmento del antearco del suroccidente colombiano presenta un extenso registro estratigráfico del intervalo Cretácico Superior – Mioceno inferior cuyas características han sido reconstruidas a partir de líneas sísmicas, pozos de exploración petrolera y algunas exposiciones superficiales. Nuevos resultados de geocronología Ar-Ar, integrados con los registros de sondeo en el pozo Remolinogrande-1 indican la presencia de por lo menos 1051 m de basamento volcano-sedimentario caracterizado por rocas de afinidad basáltica y lodolitas con edades Ar-Ar entre 82 y 76 Ma. Las edades de estas rocas se pueden correlacionar con las de la Isla Gorgona, localizada inmediatamente al norte y en la misma tendencia estructural, y sugieren una historia magmática de larga duración e independiente de los bloques alóctonos también Cretácicos que conforman la Cordillera Occidental. El incremento de rocas volcánicas y la presencia de rocas gabróicas es afín con un posible ambiente de arco volcánico que experimentó un incremento en el flujo magmático a ca. 82 Ma. Este basamento es suprayacido discordantemente por lodolitas, limolitas y arenitas lodosas de la formación Lutitas de Remolinogrande (unidad propuesta), de edad Eoceno superior - Mioceno inferior basal, que limitan la acreción de este bloque asociado a un arco magmático Paleógeno construido sobre el sustrato volcánico Cretácico. Este segmento podría representar la porción suroccidental de la placa del Caribe asociada al istmo de Panamá o un elemento oceánico independiente acrecionado a la margen continental de los Andes del Norte en el Eoceno tardío.
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